Lo curioso de este postre es que haciendo una sola masa, se divide en 3 capas durante el proceso de horneado. La parte de abajo es una masa tipo pudin, la del medio una crema y la parte de arriba un bizcocho esponjoso.
Un dulce muy sencillo de elaborar, con un resultado riquísimo y sorprendente.
Si aún no lo habéis probado, os invito a hacerlo.
Dificultad: fácil
Ingredientes para un molde de 24 cm:
4 huevos – 100 gramos de azúcar de abedul o azúcar blanquilla – 1 cucharada sopera de agua fría – 125 gramos de mantequilla derretida – 1 cucharada de zumo de limón – ralladura de 1 limón – 115 gramos de harina – 500 ml de leche tibia.
Precalentar el horno a 180º.
Separar las claras y montarlas a punto de nieve. Reservamos.
Batir las 4 yemas con la cucharada sopera de agua y el azúcar unos 10 minutos.
Añadir la ralladura de limón, la mantequilla derretida y la cucharada de zumo de limón. Seguir batiendo.
Añadir la harina tamizada y verter poco a poco la leche tibia. Seguir mezclando.
Incorporamos las claras sin romperlas con movimientos envolventes.
Verter la masa en el molde y horneamos a 180º unos 60 minutos o hasta que al pinchar el pastel con el palillo, salga limpio.
Dejar enfriar, desmoldar y colocar en el frigorífico 2 horas.
Y ahora a disfrutar de cada bocado.