Quién se puede resistir al pan recién hecho. Es todo un placer para nuestros sentidos.
Desde la prehistoria ha sido uno de los alimentos básicos de nuestra dieta.
La focaccia es una de sus variantes. En esta receta añadiremos patata a la masa, quedará muy esponjosa.
Un perfecto tentempié para cualquier hora del día.
Dificultad: fácil
Ingredientes para una bandeja de horno:
600 gramos de harina de fuerza – 4 patatas (más o menos 350 gramos) cocidas y machacadas – 500 ml de agua templada – 60 gramos de aceite de oliva – 10 gramos de levadura de panadero – 20 gramos de sal – jamón y queso.
Ponemos la harina en un bol con las patatas (machacadas con un tenedor). A continuación añadimos la levadura (previamente diluida en una parte del agua templada). Mezclamos con el gancho amasador.
Vertemos el aceite, la sal y poco a poco el agua templada. Seguimos mezclando con el gancho.
Amasamos todo bien unos 5 minutos.
Dejamos reposar la masa (tapada) una hora y media (yo pongo el bol en el microondas). Éste es el resultado.
En la bandeja de horno cubierta con papel vegetal, ponemos la mitad de la masa (estiramos con la espátula).
Encima colocamos el queso y el jamón.
Cubrimos con el resto de la masa.
Pintamos con aceite la superficie y esparcimos por encima sal gorda y orégano.
Dejamos reposar otra vez la masa, mínimo una hora y media (esta vez pongo la bandeja en el horno, sin calentarlo).
Después horneamos unos 25 minutos, en el horno precalentado a 210º.
La focaccia está lista. Se puede comer caliente o esperar que se enfríe.
Buon appetito!!